Son seis puentes y 11 túneles los que hubo que construir para que el tren transitase por el interior de este desfiladero. Todo un reto para la ingeniería de principios del siglo pasado. Fue necesario abrir un camino franco que permitiese acceder a los obreros al interior de la enorme garganta, así como para trasladar los materiales. Así nació la pasarela que ha perdurado hasta nuestros días. Cuando en 1922 se culminó la obra, el mismísimo rey Alfonso XIII acudió a inaugurarla.
Un espacio de encuentro para compartir las ideas, experiencias y trabajos cualquier «valerio marzoleño» que no deje de mirar pa los «celajes».
miércoles, 20 de septiembre de 2017
ES UNA PASADA, AUNQUE QUIEN TENGA VÉRTIGO LO VA A PASAR FATAL. PERO MERECE LA PENA AGUANTAR HASTA EL FINAL
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