Echo de menos, en lo que está sucediendo en Cataluña, en España, los "principios internacionalistas"
de la izquierda. ¿Es posible que dos
territorios de la Unión Europea, el área geográfica con derechos y
libertades más amplia del planeta, se enzarcen en una discusión
anacrónica, cuasi decimonónima: el "derecho de autodeterminación"? Pues,
sí, eso parece. Y aquí estamos, constituidos en el centro de las
miradas del panorama internacional, por los garrotazos que nos estamos
dando.
Me deja boquiabierto el maniqueo que, cada vez más, aparece en los debates ad hoc: nacionalismo "democrático" catalán vs nacionalismo "fascista" español.
¡Por favor! Toda manifestación nacionalista, dentro de un estado democrático,
está inoculada de fascismo, y del peor... Lo es el
independentismo catalán, porque trata de presentar como democrática la
lucha por la autodeterminación de un pueblo, que la ONU y el derecho
internacional solo justifican en procesos actuales de descolonización y,
en cuanto tiene algo de poder, demuestra su talante antidemocrático "marcando" al adversario
político. Y lo es el nacionalismo español, personificado en un presidente de gobierno perteneciente al PP, porque todos en España conocemos el origen histórico de la mayoría de estos advenedizos a los valores democráticos que, a la menor de cambio, confunden las garantías democráticas con la represión.
¿Es una disyuntiva sin solución? Aquí es donde se produce mi mayor desasosiego. Esperaba, espero, de la izquierda europea, española,
especialmente de Podemos, un mensaje claro a favor del
"internacionalismo", del gran proceso de integración que se ha creado en
Europa (Unión Europea), precisamente para combatir el fascismo. ¡Que se
acaben los nacionalismos europeos! ¡Abajo las banderas, las viejas y las
nuevas! ¡No más fronteras! Que desaparezcan las rancias naciones
decimonónicas (Alemania, Italia...) y más alejadas en la historia (Francia, España...) y que no
se dé pie a crear nuevas (Cataluña, Escocia...). ¡Terminemos de crear de una
vez un único Estado en la zona más "progresista" del planeta que nos ha
tocado vivir, que blandee su bandera azul como enseña mundial de
derechos y libertades! Y los "ibéricos" podríamos ser un referente, si las
izquierdas española y portuguesa, con Podemos en primera línea, están dispuestas a recobrar
estos principios, este lenguaje. Empecemos por el "Anschluss Ibérico". ¡Por la Unión de Portugal y España! Seguir buceando en las turbias aguas del independentismo hispanofóbico de la CUP y ERC, para conservar los votos actuales o pescar alguno más en Cataluña, terminará ahogando a la izquierda española en el fango de la sinrazón nacionalista.
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